--Primera
Carta--
El
amor...
El
amor; fuerza motora del mundo. Magia que reaviva la propia vida.
Ciencia de nuestros sentimientos. Agua y oxígeno de todo ser
viviente.
El
amor; maltratado, humillado, arponeado y consumido en las tinieblas
de la soledad y la tristeza.
El
amor; motor de mi vida. Luz de mi oscuridad. Cielo en mi infierno. Oasis de mi desierto.
Nunca
una sola palabra había representado tanto para la raza humana. Nunca
un sentimiento se había proclamado con el título de ser el más
importante en la vida. Nunca... ese mismo don con el que Dios nos
dotó, me había traído tanto dolor.
Una
parte de mí lo maldecía. Otra parte, lo idolatraba.
Más
nunca pensé que un buen corazón, repleto de buenos y sinceros
sentimientos, podría ser tantas veces rechazado.
Como
siempre la esperanza me decía, “Sigue”; pero el dolor me decía,
“Para”.
Una
guerra constante entre la desolación y la Luz.
Los
ojos, puertas del alma, hablaban de noches en vela, de lágrimas
contra la almohada, de días sin sol y noches sin luna.
¿Qué
quieres de mi, amor?
Parece
que nunca he sido lo suficientemente buena.
Como
un pasatiempo, una sopa de letras, un vermuth de verano.
Y
aún así te amo y te abrazo con mi fuerza, que es poca, pero
valerosa.
¿Qué
quieres de mi...?
Dime
qué podría hacer para ser una persona amable. Para que no te
fueras, para que a mi lado te quedaras.
Pero
amor, yo no puedo amarte si estás mirando hacia otro lado.
Si
buscas la ventana para escaparte porque crees que te tengo preso.
Yo
no, amor. Yo no quiero esclavos. Yo no soy tu dueña. Yo no soy un
verdugo.
Amor,
mi amor, yo sólo quiero quererte. Tomarte de la mano y caminar hasta
que algún día se nos acabe la senda... ¿Quién sabe cuándo se nos
acabará esa senda?.
Mirar
al cielo cubriendo nuestros ojos del potente sol y contar nubes.
Tumbarnos por la noche y hacer el amor bajo las estrellas. Recibir
los besos que la luna guarda. Vivir esos momentos que la vida regala.
Yo
no, mi amor. Yo no soy mala. Yo sólo deseo tu bien y que sonrías.
¿Qué
quieres...?
Si
me deshago en lágrimas, si el frío se apodera de mi cuerpo, si el
sol se esconde.
Soy una muñeca rota.
No
sonrío, ni hablo, ni grito, ni pido, ni doy... sólo escribo.
Cartas
al Amor.
MADRE
LUNA
31/05/2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario